miércoles, 7 de noviembre de 2012

GRUPO 5 MODULO 3 LOS CONFLICTOS





 UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACACIÓN
ESCUELA DE DOCENCIA MEDIA DIVERSIFICADA.



ORGANIZACIÓN Y
ADMINISTRACIÓN DE LOS CENTROS EDUCATIVOS.


PROFESORA:
LUISA DÍAZ


MODULO 3
TEMA 3 
LOS CONFLICTOS


GRUPO 13
EQUIPO 5


INTEGRANTES:
VÍCTOR JIMÉNEZ
AMALIA RUÍZ
GISELA TAPIA
GRETTY GONZALES
YAMAIRA PALACIO




2DO SEMESTRE 2012




La mala educación en Panamá 

Si queremos aumentar las horas de materias para los estudiantes en escuelas públicas, necesitamos aumentar las horas de clases dictadas por día, y eso no lo podemos hacer si los chicos tienen que salir a la fuerza, porque nuevos estudiantes ocuparán las mismas aulas minutos después.
Quise iniciar con este título, consciente de que nos llama más la atención las malas noticias que las buenas, pero quiero enfocar este artículo de la forma más positiva posible, con el único fin de que las personas que dirigen nuestro país y la educación pública puedan ver un enfoque diferente de la solución al problema que tiene la educación pública en Panamá.
Debemos partir identificando cuál es el verdadero objetivo de la educación pública en nuestro país, y empecemos por los más obvio y lo que ha sido una constante en los últimos 50 años de vida republicana, así que partamos haciéndonos unas preguntas básicas: ¿tenemos educación pública para darle empleo a 40,000 educadores?, no creo, ¿para darle trabajo a otros 20,000 funcionarios administrativos?, no lo creo, ¿para crear un botín político para los gobernantes?, tampoco creo que esa es la razón. Creo que las verdaderas razones son crear un país, donde cada niño o niña sin importar su origen o ubicación geográfica en el país tenga las mismas herramientas para desarrollarse y convertirse en hombres y mujeres de bien para la sociedad. Y con esto en mente debemos hacer lo necesario para lograrlo, porque no existe forma mágica para sacar a un pueblo de la pobreza o la ignorancia, si no es a través de la educación.
Estas ideas no son nuevas, y me atreví a ponerlas en papel en estos momentos, porque creo que ahora sí pueden caer en terreno fértil, ya que los últimos Gobiernos solo han manejado el Ministerio de Educación como botín político y no han hecho ningún cambio importante en la educación por el temor de enfrentarse a los gremios de educación, a los cuales les dedico un párrafo en este escrito.
Pero sin más demoras, vallamos a la solución que a leguas es obvia para muchos panameños en este país.

Primer paso: eliminar los dobles turnos en todas las escuelas públicas del país.
Algunos de ustedes dirán por qué ese es el primer paso. Bueno, les explico una simple realidad. Mi hija que tan solo tiene 8 años y que asiste a una escuela particular recibe más horas semanales de Matemáticas e inglés que cualquier estudiante de sexto año de cualquier colegio público del país. Esta realidad nos dice que si queremos aumentar las horas de materias para los estudiantes en escuelas públicas necesitamos aumentar las horas de clases dictadas por día, y eso no lo podemos hacer si los chicos tienen que salir a la fuerza, porque nuevos estudiantes ocuparán las mismas aulas minutos después.
Esto debe ser una cruzada que bien nos puede costar los ingresos del canal por un año, qué mejor obra que invertir 700 millones de dólares en crear 50 o 100 nuevas escuelas para que los estudiantes puedan dar más horas de clases diarias. Ese año podemos dejar de construir tantas carreteras o puentes, ya que de que nos sirve tener una ciudad cosmopolita si tenemos los más altos índices de delincuencia y desempleo y nuestros jóvenes no encuentran trabajos bien remunerados, porque no tienen los conocimientos necesarios.
Detallamos algunos beneficios de tener solo un turno a nivel nacional:
Aumentamos la cantidad de horas de clases para mejorar los conocimientos en materias como Matemáticas, inglés, Español y Ciencias Sociales.
Alejamos a los jóvenes de los peligros de las pandillas y la ociosidad al dedicarlos más tiempo al estudio.
Podemos implementar planes de nutrición en las escuelas que obliguen a los estudiantes a recibir alimentos a cambio de más horas de estudio.
Reducimos los tiempos libres de los estudiantes y mejoramos su proceso de estudio con programas de estudio dirigido en las escuelas a estudiantes deficientes o problemáticos.
Creamos escuelas y colegios cerca de las áreas pobladas, lo cual eliminaría horas de viaje en nuestro malsano transporte público, y se descongestionaría en consecuencia el mismo y las calles de la ciudad.
Generamos ingresos y apoyamos la economía de sitios de alta concentración de familias, promoviendo que los propios padres de familia sean empleados en la construcción de las nuevas escuelas y colegios.
Igualamos los horarios escolares de las escuelas públicas con las escuelas particulares para acabar con la brecha existente entre los estudiantes de ambos sectores.

Segundo paso: Cambiar el plan de estudio de las escuelas y colegios a nivel nacional. Con más horas de clases diarias podemos entonces aplicar mejores planes de estudio, mucho se habla de un plan versus otro y en eso se pasan los gremios toda la vida sin presentar ofertas concretas. ¿Quieren que les diga algo cierto? No tenemos por qué inventar la rueda, la solución es fácil y obvio si existe voluntad. Les pongo el ejemplo de nuestra realidad.
Las mejores 20 escuelas particulares del país gradúan estudiantes que estudian en la actualidad en las mejores universidades del mundo. Desde Harvard, MIT, Duke, entre otras, y esos estudiantes compiten cara a cara con estudiantes graduados de las mejores academias en Estados Unidos, entonces yo me pregunto si ya sabemos hacerlo en la educación particular por qué tenemos que inventar la rueda en la escuela pública. ¿O es que el plan es mantener a la población pobre de este país bajo la sombra de la ignorancia y falta de oportunidades para poder controlarla mejor? No me extrañaría que esas fueran las intenciones de Gobiernos pasados.
Así que ya tenemos la solución al problema de los planes de estudio, copiamos el plan de estudio de estos 20 centros educativos y los aplicamos a los colegios y escuelas públicas de todo el país. Nuevamente golpeamos de forma directa la brecha existente entre las escuelas públicas y particulares.

Tercer paso: Cambiamos el enfoque de maestros y profesores.
Les confieso que en todos mis años de educación pública en este hermoso país, sólo me puedo quejar de un solo educador, la verdad fue el único que considero deficiente y tal vez eso tiene que ver que como me gradué en un campo de nuestro país, las autoridades educativas jamás pensaron que era necesario tener un buen profesor de química en mi secundaria. Al punto que quiero llegar es que la mayoría de los maestros y profesores de este país son gente comprometida, dedicada y con un alto grado de estima y labor social; ellos no son parte del problema, ellos son parte de la solución.
Preguntémosle cuántos de ellos quieren que sus hijos sean condenados a una vida mediocre, porque no reciben una educación de primer mundo, les sorprendería ver las respuestas, ya que sus hijos también van a escuelas públicas.
El problema se localiza de una forma simple y está en las manos de los dirigentes educadores actuales. Yo me hago estas simples preguntas: ¿Por qué estos dirigentes en los últimos 19 años de vida democrática nunca han hecho una huelga, por ejemplo, para aplicar los pasos uno y dos de este escrito?, ¿Por qué ellos no practican la democracia interna y postulan maestros y profesores nuevos para cada elección y se evita perpetuar a personas que han demostrado con creces que no tienen el conocimiento para dirigir a un gremio que debe preocuparse por la educación de los niños de nuestro país, y no solo por su bolsillo y prebendas políticas con cada nuevo Gobierno?
Así que yo considero que contar con los maestros y profesores en esta cruzada para corregir la mala educación de Panamá es de lo más fácil, solo tenemos que llamar a la mesa a los correctos y evitar que los que se han enquistado como dirigentes sigan actuando de forma egoísta y en beneficio propio, mientras los hijos de nuestro país siguen hundidos en la ignorancia y la falta de oportunidades a futuro.
Finalmente, quisiera decirle a cada uno de los lectores, sean personas particulares, funcionarios de gobierno, entidades educativas y a cualquier otra persona que le interese el futuro de este país, que nos unamos con un solo objetivo y es poner a Panamá en la lista de países de primer mundo como plan a largo plazo. Y esto solo lo podemos lograr si hacemos el cambio en la educación que todos esperamos.
Espero, como dije al principio, que estas sugerencias lleguen a terrenos fértiles con este nuevo gobierno en el que todos tenemos puestas nuestras esperanzas. A propósito, si nos van a subir del 5% al 7% el ITBMS creó una excelente idea usar ese dinero para la beca universal que propone el Gobierno, así obligamos a los padres a mantener a los adolescentes en el colegio y disminuimos la brecha educativa y reducimos la delincuencia a futuro.



LOS LÍDERES DE PAPEL


Nos olvidamos que mientras el manejo o direccionamiento es importante, el liderazgo es la base que construye y mantiene a las grandes naciones y a las grandes empresas.

Muchos creen que ser líder es una cuestión de ir primero en una competencia, ser gerente, dirigente, jefe o manejar un proceso. Inclusive otros incluyen a estadistas, jefes de bancadas políticas, jefes de organismos espirituales o religiosos y jóvenes que se destacan en alguna disciplina.

En síntesis, parece que estuviéramos llenos de líderes en nuestro país. Pero... ¿líderes de qué?

En las últimas décadas hemos sido enseñados a manejar acontecimientos, procedimientos, recursos, tiempo, equipos y personas. Pero en algún lugar a lo largo del camino hemos perdido el énfasis en el liderazgo. Nos olvidamos que mientras el manejo o direccionamiento es importante, el liderazgo es la base que construye y mantiene a las grandes   .

Esa es la razón por lo que es tan importante distinguir la diferencia entre dirigir y liderar. Dirigir, gerenciar, gobernar u organizar es trabajar con y por medio de personas y grupos para conseguir determinados objetivos organizacionales, mientras que liderar es influenciar en el comportamiento humano, sin olvidar los objetivos.

A un jefe le dan el poder, un líder lo obtiene solo.

El líder tiene que ser un administrador de valores en el cual el conocimiento es su mayor poder. En síntesis, liderar es el arte de administrar el talento de las personas. Es un proceso educativo, que mediante preguntas y no respuestas, busca movilizar a la gente para que acepte el cambio.

Un líder tiene la capacidad de ver la luz, cuando la mayoría está en penumbra. “El liderazgo es el arte de hacer que los demás quieran hacer algo que usted cree que debe hacerse”.

¿Podría entonces ser líder, quien va primero en el campeonato de fútbol, o un político que dirige una comisión en el Congreso, o un profesional que gerencia un grupo de ejecutivos en una empresa?

Desarrollando líderes
Para desarrollar líderes en nuestro país requerimos de personas con un sueño, una misión y un propósito estratégico. Personas con capacidad de expresar con claridad una visión. Comunicarla más que con palabras, con acciones con hechos y con consistencia.

No se trata de pronunciar discursos, enviar memorandos, hacer goles, y colgar cuadros dorados en las murallas. Se trata de vivir esa visión, día a día. El Siglo XXI será el siglo de las ideas y el líder tendrá que ser un generador de ellas y un eterno estructurador de las ideas de los demás.

Otro de los aspectos vitales del líder es el crear confianza. Debe ser sincero en la forma de comunicarse, ojalá cara a cara. No sirven los boletines internos, los videos o las conferencias vía satélite, o las entrevistas en la televisión. Por lo tanto no hay que caer en la tentación de confundir el éxito personal con el liderazgo.

Los líderes que requerimos no sólo tendrán que crear una visión, sino que esta debe ser una visión con significado y una visión compartida. Una visión sin acción es solo un sueño. Una acción sin visión, carece de sentido. Una visión con acción puede llegar a cambiar al mundo.

Las diferencias de un líder

¿Qué hace la diferencia en un líder? No es la cantidad de cursos y títulos que posea, su posición jerárquica, sus orígenes o sus redes de contacto, ni su facilidad de palabra. No es su edad, sexo u ocupación, sino su preocupación por las necesidades de otros, su forma de encarar los desafíos con los cuales él se enfrenta. Es su entusiasmo en mejorar las cosas, en crear nuevas oportunidades.

El líder tiene pasión por una causa y desea dar algo de retorno para la sociedad. Este obtiene su recompensa por servir a otras personas. Ganas tú, gano yo es su máxima.

Para lograr dar esperanza, el líder debe ser capaz de vender una visión positiva del porvenir, que sirva de puente entre el presente incierto y un futuro esperanzador. El liderazgo es un diálogo y no un monólogo, lo cual implica desarrollar cada vez más la habilidad de comunicación que la técnica.

Asumiendo riesgos

Para poder desarrollar líderes requerimos gente dispuesta a asumir riesgos a cometer errores, considerando los fracasos solo como resultados no esperados.

¿Por qué cometer los mismos errores, si hay tantos nuevos errores por cometer?

En un país donde se privilegia la “razón” y no la “pasión”, no es cuna propicia para desarrollar líderes tan fácilmente. La gente apasionada que desea liderar en nuestro continente, conforma una generación pujante que crece vertiginosamente, en forma rebelde y contestataria, como una reacción natural de rechazo a una sociedad que ahora se sustenta en la “racionalidad”, en las “normas”, en las “regulaciones” y en el poder del Estado. Personas como las descritas arriesgan su reputación, sus posiciones y su situación económica al seguir el camino de una nueva solución fundamentada en una decisión no racional, saltando desde un territorio iluminado y conocido a uno desconocido y sin claridad, sin saber, como en el caso de Colón, si están al borde de un continente o en una pequeña isla. En síntesis, actuar más con el corazón que con la cabeza.

El líder de papel se adapta al mundo, mientras que el verdadero líder intenta adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo cambio depende de ese líder.

Este maravilloso desafío para nuestra generación, no se enseña por el momento en ninguna Universidad local o extranjera, ni en cursos de liderazgo, hay que buscarlo dentro de nosotros mismos. Quizá en neuronas adormecidas de nuestro cerebro o quizá en nuestro propio corazón.

Es hora de no condenarse a un “cuenta propismo vegetativo", o a un destino gris en empleos que lejos de apasionarnos nos hacen morir de a poco en pastillas de 8 horas diarias. Es tiempo de emprender y de liderar nuevas ideas y nuevas formas de solucionar los problemas que nos impone el siglo XXI.

Podría entonces alguien decirme quién reúne estos requisitos para denominarse un LIDER verdadero. Yo no conozco ninguno, sí, a muchos líderes de papel.

El empleado problema:

Puede ser bueno para su trabajo, pero se queja constantemente y crea descontento. Estos empleados pueden afectar los resultados del lugar donde trabaja con los compañeros, más de lo que uno piensa.
Una actitud negativa puede tener grandes repercusiones y esa negatividad puede afectar y causar pérdidas de tiempo en el mismo.

Muchos gerentes, supervisores directores de las instituciones tienen diferentes tipos de dificultades para manejar a los empleados negativos.



Los derechos:

 
son aquellas libertades facultades e instituciones relativas a bienes primarios o básicos, que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión.

Los intereses:

Se distinguen porque producen curiosidad dependiendo desde el punto de vista de donde uno se enfoque, atribuyendo una importancia mayor al resto de las cosas.
Algunos intereses son rechazos, intereses medios, altos, internos y para detectarlos tenemos que dedicarnos a la observación de característica personal, puntuales como actividades de agrado, ya sea en el lugar de trabajo, centro educativo, negocios financieros y bancarios.

La fuerza mayor cuenta con singular importancia en el ámbito de la responsabilidad. En donde nos da  ánimos para seguir adelante frente a los conflictos que se nos presenten de una manera sorpresiva y así nos prepara de una manera eficaz contra las adversidades.



BIBLIOGRAFÍAS



Autor: Fernando Vigorena Perez
Sitio Web: www.fernandovigorena.cl

Brandoni, F. (comp.) (1999). Mediación escolar. Propuestas, reflexiones y
experiencias. Buenos Aires: Paidós Educador.
Diversos autores contribuyen a ofrecer una visión de la mediación escolar
atendiendo a prácticas existentes y programas evaluados. Consta de tres
partes: 1) Presentación de los programas de resolución de conflictos en la
escuela; 2) Distintas perspectivas sobre los conflictos escolares y tipos de
intervención; 3) Implementación y evaluación de programas de mediación
escolar.
Girard, K. y Koch, S. J. (1997). Resolución de conflictos en las escuelas.

Manual para educadores. Buenos Aires: Granica.
Se trata de un manual para trabajar e introducir el tema en grupos de
educadores. Facilita ejemplos, ejercicios y recursos.
Johnson, D.W. y Johnson, R.T. (1999). Cómo reducir la violencia en las
escuelas. Buenos Aires: Paidós.
Obra de carácter práctico e informativo sobre actuaciones educativas
dirigidas a la prevención de la violencia y solución pacífica de conflictos,
entre las que destacan la mediación y el trabajo cooperativo.

Programas de mediación escolar y gestión positiva de conflictos
Boqué, M.C. (2002). Guía de mediación escolar. Programa comprensivo de
activitats de 6 a 16 años. Barcelona: Octaedro.




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